Sur, pandemia y después

La mesa busca generar un espacio de intercambio sobre desigualdades sociales, haciendo énfasis en los entrecruzamientos entre relaciones de clase, étnico/nacionales y de género. Aludir a la interseccionalidad, en sentido amplio, implica abordar simultáneamente más de una dimensión de desigualdad, analizando sus interdependencias. La interseccionalidad ha sido invocada en la tradición feminista ya como una teoría, un método, una categoría analítica o una perspectiva cognitiva. Desde los primeros usos del término por la afroestadounidense Kimberlé Crenshaw para aludir de manera contextual y práctica a la simultaneidad de discriminaciones, fue adoptado luego para expresar lo que se ha denominado el punto de vista de las mujeres negras, hasta llegar a ocupar un lugar hegemónico en el feminismo académico de algunos países centrales. Además de clase, género y etnia, hay otras dimensiones relevantes para el análisis interseccional, como las diferencias etarias, las sexualidades y las discapacidades. Asimismo, resulta de interés reflexionar sobre las potencialidades y límites de la mirada interseccional en contextos latinoamericanos y en el escenario actual. En este sentido, la mesa temática convoca a participar con aportes en torno a la articulación de distintos ejes de dominación, con plena apertura respecto a los abordajes teórico-metodológicos y a los ejes de desigualdades sobre los que se busque reflexionar. A modo de ejemplos: trabajos sobre migraciones con perspectiva de género y/o de clase; sobre las experiencias y relaciones de sujetos migrantes o de los nativos respecto de ellos; sobre la relación entre la etnia/nacionalidad y las clases sociales; sobre estructura social y género; sobre sociabilidades y fragmentación social según algunos de estos ejes; o sobre cualquier categoría de personas o ámbito de actividad analizado a la luz de la articulación entre más de una forma de desigualdad.