Martin Unzué
Sergio Emiliozzi
Una de las mayores contribuciones de la universidad al desarrollo y a la inclusión es su producción científica y la formación de recursos humanos en diferentes niveles. A través de ellos aporta respuestas a muchos de los retos sociales, económicos y ambientales que enfrenta la sociedad. La pandemia causada por el COVID-19 ha sido una clara ocasión para reforzar y visibilizar el papel de nuestras universidades, llamadas a brindar aportes desde su agenda investigativa y tecnológica. La crisis abierta por el presente contexto nos demanda realizar aquella tarea universitaria por naturaleza, como es la de pensar y reflexionar críticamente acerca de los desafíos de la institución en los tiempos por venir. Eso exige repensar nuestro rol como profesores, investigadores y ciudadanos en la construcción de una universidad con capacidades para dar respuestas a los tiempos cambiantes. Las demandas sociales por mayores niveles de justicia, diversidad e igualdad que se potencian en estos tiempos, abren aún mas el espectro de lo que la universidad pueda ofrecer. Esta mesa invita a analizar y debatir sobre un conjunto diversos de aspectos atravesados por esta exigencia, entre ellos: ¿Cómo son las condiciones de producción de conocimiento en la universidad? ¿Qué características asume la profesión académica? ¿Cómo se vincula la universidad con la sociedad? ¿Qué rasgos asume la relación entre producción científica y toma de decisiones políticas? ¿Cuál es el aporte que pueden hacer los posgrados al desarrollo? ¿Qué características sume el mercado laboral de los posgraduados? ¿Qué explica la desigual participación según género en las disciplinas del conocimiento? En función del carácter regional o global de esta problemática, proponemos no centrarnos solamente en el caso argentino, sino que auspiciamos abrir el análisis a otros países, profundizando, de ser posible, la dimensión comparativa.
