Sur, pandemia y después

A partir del enfoque de la geopolítica internacional y la política global que toma en cuenta las luchas hegemónicas, podemos observar que durante el siglo XXI los movimientos feministas se han convertido en una fuerza contrahegemónica capaz de articular demandas políticas, culturales, sociales como también históricas y económicas a partir de un proyecto político que tiene eco en toda Latinoamérica, además de un avance muy fuerte en Argentina, lugar en donde el 30 de diciembre del 2020 se dio por aprobado la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. En función de ello, analizaremos como los movimientos feministas a partir de los años setenta abre una nueva fase que la autora Silvia Federici llama “La Revolución Feminista todavía inacabada” la cual llega hasta nuestros días. Intentaremos hacer un recorrido histórico que nos muestra como estos movimientos como el caso de “Ni Una Menos” han logrado construir nuevos espacios de poder político, articulando reivindicaciones que incluyen una reflexión y exigen una transformación a fondo, tanto de las instituciones modernas sobre las cuales se crearon los sujetos de derecho, como también de aquellas practicas cotidianas que reafirman una relación de poder basada en la dominación de un género por sobre otro. El interés parte por la necesidad de poder conceptualizar las diferentes violencias que sufre el género femenino, con el fin de poder darle un marco normativo que permita erradicar cualquier tipo de desigualdad.