Lucía Fontenla
Ana Lea Blaustein Kappelmacher
Paola Rubinsztain
Convocamos a presentar contribuciones que problematicen el papel de lo educativo-formativo en expresiones sociales y políticas de Nuestra América: movimientos campesinos e indígenas, organizaciones de mujeres y disidencias, trabajadorxs de fábricas recuperadas, cooperativistas, sindicatos y otros sectores populares urbanos. Los movimientos sociales despliegan en sus territorios múltiples experiencias que reformulan la Educación Popular de raigambre freireana: bachilleratos y universidades populares, escuelas de formación política y de agroecología, talleres con niñxs y jóvenes, jardines comunitarios, formación en oficios, en géneros y feminismos, etc. Los sindicatos y agrupaciones docentes, por su parte, son un actor siempre presente en el terreno de las disputas por la educación, que busca interpelar las políticas educativas no solo en lo relativo a reivindicaciones salariales y de infraestructura, sino también, en muchos casos, impulsando propuestas pedagógicas alternativas. Estas iniciativas configuran un intenso campo de experimentación político-pedagógica que discute aspectos de las lógicas hegemónicas. A su vez, las propias prácticas de organización y de lucha son reconocidas por los movimientos como procesos con efectos formativos que procuran potenciar. No podemos soslayar el contexto regresivo que ha atravesado la región en los últimos años, a partir de la restauración, en muchos casos, de gobiernos decididamente neoliberales y conservadores, con políticas orientadas al desmantelamiento de la función estatal y a la mercantilización de la educación. La pandemia de Covid-19 agudiza este escenario de exclusiones y desigualdades, con consecuencias aún inestimables.