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Autores:
Marz Carreira(Facultad de Ciencias Sociales - UBA) - marzrcarreira@gmail.com
La pandemia del Covid-19 ha acelerado la crisis capitalista exacerbando la lucha de clases en la sociedad contemporánea. Ante algunas perspectivas y discursos gubernamentales argentinos que buscaron presentar al Estado como un ente independiente de las clases sociales y mediador entre estas, cuya función iba a ser la priorización de la salud pública y el bienestar general de la población, los hechos represivos ocurridos a lo largo de estos últimos años demuestran que, al contrario del discurso oficial, la coerción se realiza de manera brutal sobre una clase social específica: la trabajadora. Por medio de los mismos mecanismos en que la realizaban en condiciones de normalidad, se han registrado 397 personas asesinadas en manos del Estado desde el comienzo de 2020 hasta el 19 de noviembre de ese mismo año (datos extraídos del archivo de casos de CORREPI); a modo de ejemplo, dos de estos fue la emblemática desaparición y asesinato de Facundo Astudillo Castro y el femicidio de Úrsula Bahillo ocurrido en febrero de 2021, ambos en manos de la policía bonaerense. El presente trabajo va a tratar de dar cuenta del aumento del aparato represivo estatal en Argentina desde comienzos del 2020 hasta principios de 2021 para lograr develar la forma real en que el Estado se ha hecho presente en la sociedad durante la pandemia, poniendo en disputa el discurso oficial antes mencionado; además desarrollaré alguna reflexión articulando lo expuesto con el aceleramiento de la crisis previa.
