Sur, pandemia y después

El regreso a la vida democrática argentina, en diciembre de 1983, abre el período de la llamada normalización universitaria. Si la nueva democracia traía consigo una serie de promesas de dejar atrás de modo definitivo los ciclos de intervenciones militares, dando vuelta la página de los gobiernos dictatoriales, los condicionamientos que operaron sobre el nuevo régimen no fueron menores. En las universidades nacionales, y en especial en la UBA, el resistido plan de regularización de profesores implementado en gran escala durante el año 1982, y que tenía como fin explícito condicionar la vida universitaria postdictadura, termina mostrándose fuertemente exitoso, a pesar de las numerosas promesas de revisión que no logran cumplirse más que de modos puntuales. De este modo, una parte importante (y de significatividad variable por unidad académica) de los profesores concursados bajo normas emanadas de autoridades de facto, se encuentran al frente de cátedras conduciendo la vida académica en la universidad del retorno a la democracia, y lo seguirán haciendo durante muchos años, en otro capítulo poco estudiado del legado de la política cultural y educativa del Proceso de Reorganización Nacional en nuestras universidades.