garcia.stellamary@gmail.com
Autores:
Stella Mary Garcia Aguero(FACSO UNA) - stella_garcia@facso.una.pyCarmen Garcia(FACSO UNA) - carmen_garcia@facso.una.pyAlejandra Garay(FACSO UNA) - alejandra_garay@facso.una.pyAda Vera(FACSO UNA) - ada_vera@facso.una.pyAldo Lopez(FACSO UNA) - aldo_lopez@facso.una.py
Al revisar los programas de ingreso en Paraguay; en 1909 hvo la primera caja de jubilación del sector público, en 1924 la Caja de Seguros Sociales de Empleados y Obreros Ferroviarios, en 1943 la creación de IPS Instituto de Previsión Social, posteriormente otras cajas para trabajadores formales y recién en este siglo, ingresan al IPS otros grupos laborales como trabajadoras domésticas, trabajadores independientes, empleadores y amas de casa, entre otros. Asimismo, se crearon cajas privadas de jubilación para abarcar a otros no contenidos en los anteriores y todos conjugan regímenes de aportes Estado – trabajador y patrón, incluyendo prestaciones específicas de salud y en algunos de ellos; ingresos para la ancianidad. Además, a partir de 1970 los veteranos de la guerra del Chaco, cuentan con pensiones “no contributivas” y desde del 2000 entran en vigencia otros tipos de pensiones “graciables” para personas notorias por su aporte a la cultura u otro ámbito de la vida nacional. Sumado a estos, los programas de Transferencia monetaria esporádica (por covid19) ni sistemáticas (Tekopora), han logrado abarcar a un cuarto de la población nacional. Se abordan en este trabajo las deudas históricas y posibles caminos a transitar en la actual crisis asociada a la pandemia.